Gema de la Cruz- Coach

lunes, 23 de noviembre de 2015


"Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo cierto"
Henry Ford



Pertenezco a un grupo de mujeres emprendedoras en el que aprendemos mucho de nuestra mentora,  unas de otras   y también cada una descubre cosas de sí misma que hasta el momento no se había parado a observar. La semana pasada aprendíamos una herramienta que quizás os suene el
 " escandallo". Yo por supuesto lo primero que pensé fue en Raphael ¡ escándalo, es un escándalo!. Para luego descubrir que no, que se trata de una herramienta de determinación del coste o precio de una mercancía con  relación a los factores que lo integran. O lo que es lo mismo, que si tú quieres vender una barra de pan, a la hora de poner un precio de venta al público tendrás que calcular la proporción de los ingredientes que lleva, el precio de los mismos, el coste de la luz, el local, los impuestos, vaya, el análisis real del coste de todos los factores que hacen que tú estés haciendo pan y realmente ganes dinero con ello.

La profe, que es una gran economista  nos citaba un ejemplo que a ella le ponía un profesor de la facultad,  le decían a un señor que vendía escobas: - te das cuenta de que pierdes una peseta en cada escoba que vendes, y el señor contestaba - me da igual, vendo muchas.

Y ahí me descubrí en otra trampa de falopio. Que es lo primero en lo que recortamos gastos cuando una mujer está en desempleo, está clarísimo, en la persona que viene a casa a ayudar en las tareas de limpieza. Y al hacerlo, parece que dieras por hecho que esas tareas te corresponden porque al estar en casa ya las asumes tú. ¡Trampa de falopio y error de escandallo y de escándalo! Si tienes pareja las tareas imagino que os corresponden a partes iguales, pero las mujeres nos solemos hacer una trampa en general y es que siempre descontamos exclusivamente de nuestro salario la parte que se destina en el hogar al cuidado de los niños/as y a las tareas del hogar, ese es nuestro escandallo, decimos si quito el horario ampliado, o la persona que les lleva al cole, o el comedor, o la persona que limpia, pero qué locura de cálculo es esa, es que los hijos/as ¿ no son de los dos?. Al hacer así los cálculos estamos haciéndonos trampa y a la vez aceptando que esas tareas nos pertenecen en exclusiva y no dándoles el coste económico que tienen porque lo tienen, más allá de la emoción que vaya ligada al placer de poder llevar tú misma a tus hijos/as al colegio si así lo has elegido.

Y si como yo estás trabajando en tu propio proyecto, en tu negocio, dedicas horas a tu trabajo pero no puedes/debes contratar a alguien para realizar las tareas del hogar, algo que no dudarías si tuvieses un trabajo asalariado. Pues eso revierte en tu escandallo en tu contra, desde luego,  puesto que el tiempo que dedicas a esas tareas no lo estás invirtiendo en el desarrollo de tu proyecto, ni a mostrar tu talento a través de tu marca personal. Es un coste de oportunidad muy alto.

Yo me comprometo a desligar emociones a la hora de hacer un escandallo real de los costes de mi producción y a no hacerme más trampas en la necesidad de pasarme el día muy ocupada en las que no son "mis labores" para no comprometerme con mi proyecto profesional auténtico y real, en definitiva que yo dejo de vender escobas, y ¡ya tenía yo ganas de soltar la escoba!.

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