Gema de la Cruz- Coach

viernes, 27 de mayo de 2016




Todo se crea dos veces. La visión precede a la realidad.
Ley Espiritual de la Creación


Agobiada porque como todo Junio que se precie tengo exámenes, trabajos y  tareas pendientes. El fin de mi máster, examen de inglés...porque que una sea coach no quiere decir que no tenga un día de agobio y sensación de mejora en la gestión del tiempo. Si no experimentas y vivencias es más complicado generar empatía con tus clientes cuando traen esas sensaciones. Así que me he puesto a hacer un ejercicio que es una de las herramientas con las  que yo trabajo con mis clientas, la elaboración de lo que yo llamo: panel de sueños. Yo acostumbro a  hacer uno cada año, disfruto mucho mientras lo hago, pongo música y me dedico a ojear revistas y a ir recortando lo que me motiva, me gusta, me remueve, según veo las imágenes y paso las hojas. Es una labor creativa y muy relajante, la cabeza se mantiene calladita, te liberas de pensamientos y todo fluye fácil, como cuando era niña y la clase de plástica todavía se llamaba manuales e inundaba el aula un olor a pegamento "imedio" y a libertad. Y nadie había oído hablar del visual thinking ni falta que nos hacía.

Y  para qué os cuento esto os preguntaréis, pues porque está directamente relacionado con algo de lo que me dí cuenta ayer mientras contemplaba mi barrio lleno de grúas de obra y creciendo porque es una zona residencial nueva, y al mirar una de las casetas de obra donde las promotoras venden los pisos me dí cuenta del gran ejercicio de confianza que es invertir en un piso comprado sobre plano, sobre plano! El piso no existe, sólo hay un terreno vallado, alguna maquinaria y una caseta de obra donde te muestran planos que una vez contemplas y te entusiasmas se convierten en tu mente en tu futura casa. Pero allí no hay nada, ni trasteros, ni salón comedor, ni zonas comunes...estás haciendo una de las mayores inversiones de tu vida sobre una idea.
Suele ocurrirnos con las decisiones más importantes que tomamos, o no has proyectado estando embarazada mil veces la cara que tendría tu bebé, sus ojos, su sonrisa, como imaginabas ser mamá y lo que harías. 

Hay una anécdota referida a Walt Disney, cuando se inauguró su parque de atracciones, Disneyland él ya había fallecido, y uno de los periodistas en la visita inaugural le comentó a su hija que era una lástima que su padre no pudiera estar en esos momentos viéndolo. La hija le contestó, no se preocupe, mi padre fue el primero en verlo, pues lo había visto en su mente.

Con todo esto os quiero animar a visualizar, vuestros objetivos, proyectos, cualquier situación que proyectéis. La visualización es una herramienta muy potente y al alcance de cualquiera. Pero claro recomiendo visualizaciones positivas, porque inconscientemente traemos muchas visualizaciones negativas a nuestra mente, se nos aparecen imágenes terribles de lo peor que puede sucedernos. Al hacer visualizaciones activamos la misma zona del cerebro que se activa para los recuerdos de manera que desde un punto de vista fisiológico no sabemos si es recuerdo o sueño, yo misma he tenido alguna vez esta confusión. Y evocamos emociones diferentes cuando la situación acontezca, nos liberamos de miedos e incertidumbres, ya hemos transitado por ese lugar, por ese momento, como por nuestro piso comprado sobre plano.

Utilizo las visualizaciones positivas en mi vida pero también con mis clientes, son potentes, nos hacen sentir bien, nos ayudan y nos dan muchas información del inconsciente.

Y es que al final como ya dijera Calderón de la Barca: 

¿qué es la vida? un frenesí
¿qué es la vida? una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Así que a soñar con la vida que queréis con las cosas que deseáis y a compartir y cumplir sueños.


martes, 3 de mayo de 2016

¿ Y si un trozo de madera, descubre que es un violín?
A. Rimbaud

El día que decidí colgar mi capa. Y no estoy citando a Ramón García porque haya decidido no hacer más retrasmisiones de la uvas desde la Puerta del Sol. No, me estoy citando a mí misma el día que decidí no ejercer más a modo de superheroína y poner mis superpoderes al servicio de otros menesteres.

No es fácil ser una supermujer, ni siquiera parecerlo, ya que las mallas y la licra nunca mienten. Bromas aparte, descubro con frecuencia lo mucho que se abusa de esta imagen y de este concepto, supermujeres y supermadres que llegan a todo en su trabajo, en su familia, en su vida social. Tal es ese grado de perfección artificialmente establecido, que parece que todas nos creemos poseedoras de superpoderes, pero ojo que  esos que creemos que debemos tener, porque se identifican con la imagen de supermujer no siempre coinciden con los nuestros, los innatos, los que me acompañan desde niña. De hecho muchos de mis verdaderos superpoderes los he ahogado en criptonita para dejar aflorar los que consideré socialmente más aceptados.

Y así llegó uno de los primeros en aflorar, dejar de lado lo que me hacía feliz por utilizar mi primer superpoder "lectura de pensamiento" de los demás y saber qué es lo que esperaban de mí sin ni siquiera preguntárselo. A una miembro de la Liga de la Justicia como yo me llevó a estudiar Derecho, cómo no! si otro de mis superpoderes ha sido siempre " yo conozco la Justicia Universal" y estoy capacitada para ejercerla, eso me ha llevado a juzgar mucho, a tener la creencia de que existe una sóla forma correcta de hacer las cosas y que yo tenía el barómetro homologado internacionalmente, y a la primera que sometía a esos jucicios por supuesto era a mí misma. Otro superpoder muy recurrente era mi "superpreocupación" si toda mi cabeza estaba saturada con pensamientos sobre una situación que me preocupaba se convertía en una forma de contribuir a su posible solución, no bajar la guardia y andar cargada con el equipaje mental como un lastre era parte de la solución. Y por supuesto mi "superfuerza" un superpoder que me hacía no prestar atención en absoluto a mis emociones o meterlas debajo de la alfombra si yo consideraba que no eran apropiadas para la ocasión porque yo soy fuerte, muy fuerte!

He vivido mi  vida profesional la mayor parte del tiempo desde una posición de preponderancia que no de superioridad sino desde la responsabilidad convertida en carga de solucionar los problemas de los demás compartiendo lo que yo sabía, como asesora jurídica, como  profesora, incluso como consultora.

¿Sabéis que fue lo que me liberó de seguir con mi capa de un lado para otro intentando solucionar otras vidas? No, no fue el lexatin  malpensadas, fue un remedio mucho más natural, la confianza.

Confianza plena primero en mí misma y en que todo estaba correcto, que hago las cosas lo mejor que puedo con lo que sé en ese momento y la confianza en los demás en que todo el mundo es capaz de hacer lo que cree oportuno y de tomar las decisiones correctas que le llevarán por caminos y aprendizajes que necesita para su vida. Y por supuesto la confianza en un universo sabio que pone la banda sonora al ritmo de las vidas. Y sólo conozco una base sólida sobre la que establecer la confianza y esa es el amor incondicional, así que si tengo que elegir un sólo superpoder tengo claro con el que me quedo.

 ¿Y tú lo tienes claro? Si no es así confío en que podré acompañarte como coach en tu proceso de descubrimiento porque ahora confío en que todo lo que necesitas saber está dentro de ti.